Uniendo las fronteras de Latinoamerica




28 sept 2009

Los muros de la vergüenza

Diarios en Bicicleta

El muro que Estados Unidos construye en la frontera con México. Casi 250 mexicanos murieron tratando de cruzar la frontera hacia EEUU en los primeros siete meses de 2009. Fuente: Archivo: librered.net


Las inequidades intrínsecas del sistema capitalista llevan a que el flujo migratorio hacia las denominadas ciudades desarrolladas crezca exponencialmente, miles de personas a diario dejan sus hogares y se largan a una travesía para así intentar probar suerte en nuevos horizontes.

Este fenómeno es motorizado por la situación de pobreza y exclusión a la que están sometidos buena parte de los pueblos de América Latina.

Cuando el andamiaje económico mundial se encuentra en un periodo de crecimiento, como en el período 2003-2007, la inmigración es bienvenida: los países poderosos necesitan de la mano de obra barata para así cubrir los puestos laborales que son desechados por los ciudadanos del “primer mundo”.

El problema surge cuando el sistema se contrae, a medida que la crisis financiera mundial iba haciendo estragos, en los países poderosos se implementaron normativas que endurecieron los parámetros de la inmigración: un claro ejemplo de esto sería la puesta en marcha de la denominada Directiva Retorno en los países de la Comunidad Europea.

Pero hay que decir que no sólo se intentó detener el fenómeno de la inmigración a través de las legales, sino que también se recurrió a métodos menos sutiles: como por ejemplo la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México (proyecto que el actual Presidente Barack Obama aprobó mientras desempeñaba su rol como senador por Illinois en el Congreso de EEUU) para así evitar que los inmigrantes ilegales ingresen al territorio norteamericano.

Este no es el único “muro de la vergüenza” que existe en la actualidad, por ejemplo también existe uno en la frontera entre España y Marrueco: es más ya existen tres vallas que separan a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla del territorio marroquí.

Además tampoco olvidarnos del muro de 8 metros de altura y 600 kilómetros de longitud que el gobierno de Israel decisión construir en la frontera con Cisjordania para así “evitar que terroristas palestinos ingresen a territorio israelí.

El mismo esta dotado de torres de vigilancia, alambres de púa y ametralladoras teledirigidas. Pero igual tenemos que aclarar que en pleno siglo XXI no sólo se están edificando muros para así entorpecer la libre circulación de personas, sino también para ocultar la pobreza imperante en las distintas regiones del mundo.

Recordemos la polémica que suscitó en nuestro país la intención del Intendente de San Isidro, Melchor Posse, de construir una muralla para así evitar que la gente de San Fernando tenga acceso al coqueto barrio de la Horqueta.

Por su parte en Río de Janeiro actualmente se está viviendo una situación similar, a raíz de la intención del gobierno estadual de construir muros de cemento armado para así cercar a las 11 favelas que rodean a la urbe carioca.

El muro de la polémica, que medirá alrededor de tres metros de alto y costará unos 40 millones de reales(o sea unos 13 millones de euros), rodeará a las favelas de Morro de Dona Marta, Babilonia, Chapeu, Mangueira, Vidigal, Morro dos Cabritos, Parque da Cidade, Cantagalo, Pavao Pavaozinho, Ladeira de Tabajaros y la Rocinha, la mayor favela de América Latina- con una población estimada de unos 200.000 habitantes- la cual contará con el muro de mayor longitud: 2800 metros.

Ante la polémica suscitada, funcionarios del gobierno estadual de Río salieron a aclarar que la iniciativa “no busca esconder la pobreza”, sino que tiene como finalidad impedir que las favelas –que crecen de modo vertiginoso en vertical- acaben con la vegetación de las colinas o morros como se les llama en Brasil.

“No hay discriminación, al contrario. El objetivo es contener el desarrollo de las comunidades chabolistas y proteger la naturaleza. Hay muchas casas en zonas de alto riesgo” aseguró a la agencia Reuters Tania Lazzoli, portavoz de la secretaría de Obras Públicas del gobierno estadual de Río de Janeiro.

Lo que ocurre hoy en día en Brasil nos permite concluir que cuando el sistema entra en una fase de contracción económica, los sectores más pobres de la sociedad –los cuales ya tienen bastante con padecer a diario las desigualdades estructurales que promueve el capitalismo- padecen todo tipo de atropellos.

No sólo hoy en día se las ve como las culpables de las crisis financieras de los países desarrollados, sino que también se los acorrala detrás de muros de cemento para así esconder la pobreza y exclusión existente.

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