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El acaudalado empresario se impuso con holgura en las elecciones presidenciales panameñas. Fuente: Archivo
El pasado 3 de mayo, Ricardo Martinelli se convirtió en el nuevo Presidente de Panamá, al triunfar en los comicios con más del sesenta por ciento de los votos.
El acaudalado empresario, que encabezó una coalición de partidos políticos de derecha denominada Cambio Democrático, superó con holgura a la candidata oficial del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Balbina Herrera, quien sólo consiguió alrededor del 36 por ciento de los sufragios.
Luego de que se oficializara su victoria, Martinelli convocó a todos los panameños, incluido a sus rivales políticos, a sumarse “al cambio” evidenciado en el país centroamericano.
“Hago un llamado a quienes nos adversaron, le hago un llamado a todos los partidos que nos adversaron, que también ellos son panameños. Mañana tenemos que empezar un nuevo día, un día de cambios, y necesitamos poner a las mejores mentes, independientes; a los mejores PRD, que hay gente muy buena; a los mejores miembros de esta alianza; y a todos los panameños, hombres y mujeres que desean que este país cambie, a que nos ayuden a cambiar este país”.
Martinelli, quien fue derrotado en las pasadas elecciones por el actual Jefe de Estado Martín Torrijos, logró llegar al poder gracias a una fuerte campaña mediática que lo posicionó como un dirigente comprometido a llevar adelante un “cambio” en Panamá, un país muy influenciado por Estados Unidos y que empieza a sentir en su economía los efectos de la crisis financiera internacional.
A lo largo de la campaña el empresario recibió duras críticas, incluso hubo trascendidos que ponían en duda su salud mental. A pesar de estos embates, Martinelli logró ganarse la confianza de los votantes a través de promesas como mayor y mejor empleo, seguridad, calidad de vida, etc.
“Éramos unos pocos que andábamos predicando un cambio y hoy todo el pueblo panameño quiere un cambio… E inclusive nos llamaron locos, y saben una cosa, ¡los locos somos más!”
Personaje excéntrico, dueño de catorce empresas en todo Panamá, entre ellas una importante cadena de supermercados en la Capital, durante la campaña Martinelli criticó fuertemente a los gobiernos de izquierda en Latinoamérica, sobre todo a Cuba y Venezuela.
De acuerdo al analista Andy Gómez, del Centro de Estudios Cubano-Americanos, Ricardo Martinelli seguramente no romperá las relaciones diplomáticas con Cuba. Pero es probable que se sume a la campaña impulsada por EEUU, que busca forzar cambios políticos en la isla.
“Yo no espero que Panamá rompa relaciones con Cuba. Yo creo que tiene que mantener relaciones con Cuba y tiene, como otros países, que poner presión a Cuba en tratar de hacer cambios.”
Para Marcelo Varela, del Centro Carter, a pesar del triunfo del candidato de la derecha no va a haber cambios sustanciales en la relación entre Panamá y sus vecinos centroamericanos.
“Creo que el relacionamiento de Panamá con sus vecinos y con el resto del mundo es a través de su prestación de servicios. Y creo que no se va a ver mayormente afectada en términos políticos e ideológicos, salvo por las condiciones adversas de la crisis financiera internacional. Pero eso no está generado ni liderado por planteamientos de índole político sino por una condición real de la situación financiera internacional.”
Como era de esperarse, el Departamento de Estado norteamericano rápidamente “expresó su agrado” por el triunfo de Martinelli en las elecciones presidenciales.
De esta manera Washington parece haber ganado un “aliado en su patio trasero”, una región que en estos últimos años se caracterizó por enarbolar un discurso crítico hacia las políticas implementadas por la Casa Blanca.
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