Uniendo las fronteras de Latinoamerica




3 jun 2009

La crisis de la OEA

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El gobierno de Raúl Castro dejó bien en claro que no tiene ningún tipo de intención en regresar a la OEA. Fuente: AFP

En la reunión de cancilleres previa a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se realizará el próximo 2 de junio en la localidad hondureña de San Pedro Sula, los representantes de Honduras y Nicaragua presentaron sendas resoluciones para revocar la medida que en 1962 apartó a Cuba de la institución.
Patricia Rodas, embajadora de Honduras en Venezuela, resaltó que las iniciativas no buscan impulsar el regreso de Cuba al organismo interamericano, algo que la Habana ha rechazado en un sin fin de ocasiones, sino que representan una suerte de “desagravio” por la injusticia sufrida por la isla a lo largo de los últimos 47 años.

“No es el interés nuestro, ni el de Cuba, el problema de retornar a la OEA, eso que quede claro. Ni tampoco que está pidiendo permiso a la OEA de retornar, ni tampoco que está pidiendo a la OEA disculpas para poder retornar. Eso no existe. El planteamiento que estamos haciendo es que la OEA suspensa las resoluciones por las cuales expulsó a Cuba, se retiró a Cuba del mecanismo interamericano, es decir lo contrario, que la OEA desagravie a Cuba y a nuestros pueblos.”

Sin embargo, los 34 cancilleres presentes en la reunión no lograron un consenso sobre el tema cubano, por lo que decidieron crear un grupo de trabajo para tratar de conciliar posiciones antes de la realización de la Asamblea General la semana entrante.

Cuba, que durante la Guerra Fría fue expulsada de la OEA por el sólo hecho de haberse declarado como un país “marxista-leninista”, agradeció la iniciativa de los países enmarcados dentro de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), pero una vez más dejó en claro que no tiene pensado volver a formar parte de un organismo que históricamente ha sido dominado por los “intereses norteamericanos”.
En este sentido, el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, resaltó la necesidad de realizar cambios dentro de la estructura de la OEA, para terminar con la dependencia del organismo respecto a la Casa Blanca.

“Nosotros nos sentimos muy orgullosos fuera de la OEA, no nos hace falta para nada, no está en discusión el regreso de Cuba a la OEA, que ha sido históricamente un instrumento de Estados Unidos y que hoy lo sigue siendo. Yo creo que el cambio que ha ocurrido en América Latina y El Caribe es hora de que llegue a la OEA. De una manera o de otra, la OEA es hoy totalmente anacrónica, sigue intereses ajenos, y nosotros sentimos que nuestro camino, el camino de Cuba es el de la integración latinoamericana, sin presencia extracontinental.”

La histórica dependencia de la OEA hacia los EEUU, que en gran medida está basada en el hecho de que Washington aporta más del 60 por ciento del capital del organismo interamericano, ha llevado a que en estos últimos tiempos varios gobiernos de la región expresen su desacuerdo con las políticas de la institución.
El Presidente Venezolano, Hugo Chávez, recientemente señaló que quizás pronto su país pueda seguir los pasos de Cuba y salga de la OEA, ya que la institución “no contribuye en nada” a la defensa de los intereses estratégicos venezolanos

“Entonces para qué sirve la OEA, no es que no sirve para nada, le sirve a los intereses del imperio, a los intereses hegemónicos del capitalismo mundial en este continente, eso hay que denunciarlo. Venezuela tiene como todo país libertad. A nosotros nos encantaría acompañar a Cuba formando, comenzando a formar el primer núcleo, si fuera así, de una nueva organización de naciones y países libres de verdad, y soberanos y dignos de este continente.”

La irrupción de gobiernos populares en América Latina inherentemente llevó a que las propias naciones de a poco se vayan alejando de la égida de la OEA, la cual quedó muy marcada por los tiempos de la Guerra Fría.
Pero es la propia ineficacia conciliadora demostrada por la OEA en estos últimos tiempos, que durante más de un año ha intentado sin éxito mediar en el conflicto fronterizo entre Colombia y Ecuador, la que lleva a que nuevos organismos supranacionales lentamente vayan ganándose un lugar en el mapa geopolítico regional.
Este es el caso de la todavía naciente Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), la cual el año pasado logró pacificar la situación interna en Bolivia, poniendo fin al golpe cívico-prefectural conducido por las “oligarquías cambas” contra el gobierno de Evo Morales.

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