A menos de una semana de la realización del referéndum que determinará la aprobación -o no- de la nueva Constitución Política del estado ecuatoriano, en las diferentes iglesias de Quito y el resto del país se distribuyeron entre los feligreses comunicados elaborados por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
En el escrito, los jerarcas eclesiásticos afirman que la Iglesia Católica debe poder siempre y en todo lugar predicar la fe con verdadera libertad, enseñar su doctrina social y “emitir un juicio moral sobre las cosas que afectan al orden político o cuando lo exijan los derechos fundamentales de las personas o la salvación de las almas”.
Entre los párrafos más relevantes se encuentra el que señala que “no nos corresponde como obispos asumir una actitud política, sino iluminar las conciencias de los católicos con la doctrina del evangelio para que tomen una decisión responsable y en conciencia ante Dios y la sociedad”.
Los obispos, férreos opositores al gobierno de Rafael Correa, utilizaron este comunicado para intentar desprenderse de la acusación oficial que los vincula con la campaña que la oposición está llevando adelante para lograr el rechazo de la nueva Constitución en el referéndum del próximo 28 de septiembre.
Los sectores religiosos se muestran en contra del texto sancionado por la Asamblea Constituyente, ya que consideran que el mismo abre paso a la instauración del aborto en Ecuador. Asimismo ponen en tela de juicio ciertos artículos del proyecto constitucional, como el número 67, el cual estipula que se reconocerá a la familia en sus diversos tipos. Otro párrafo polémico es el que establece que “la unión estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar de hecho (...) generará los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio”.
El Presidente Rafael Correa, quien decidió no participar en la 63 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para poder continuar con el proselitismo por el Sí a la nueva Constitución, señaló que “la Iglesia no está en contra de la nueva Constitución”.
Correa apuesta fuertemente por la ratificación de la nueva Constitución.Fte: lemonde.fr
En relación a las críticas que los obispos han realizado en estos últimos tiempos, Correa argumentó que “se trata de un pequeño grupo ultraconservador de la Iglesia Católica que tiene su fortaleza en Guayaquil. Incluso ni eso, porque en la misa principal que convocaron el domingo pasado solo acudieron unas 15 mil personas, cuando en total se esperaban 80 mil. Este es un cambio incontenible, que nada ni nadie podrá detener”.
El jueves 25 de septiembre culmina el período que tienen tanto el oficialismo como la oposición para realizar campaña electoral.
El Movimiento Alianza País tiene previsto cerrar los actos a favor del Sí en Guayaquil, con un acto central que se va a realizar en el estadio Alberto Spencer.
Al respecto, el ex jefe de la bancada de País en el Congreso, Galo Borja, añadió que “habrá varios cierres de campaña, pero el que más importancia tiene para nosotros es el de Guayaquil, en el Estadio Modelo. Vamos a llenarlo. Irá el Presidente... y vamos a tratar de estar todos allí”.
A pesar de que las últimas encuestas muestran un contundente respaldo popular a la Nueva Constitución (según la encuestadora Gallup-Cedatos el Sí alcanzaría un 60 % de los votos) Guayaquil representa hoy en día el principal foco de oposición al proyecto de cambio de Correa.
El Alcalde de esa ciudad, Jaime Nebot, impulsa una campaña que aspira a profundizar la autonomía en esa rica región ecuatoriana.
El Alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, encabeza la campaña opositora. Fte:radiomundial.com.ve
Para el Presidente de Ecuador, la oligarquía guayaquileña busca crear una suerte de “ruta santacruceña”. O sea que pretenderían copiar el movimiento desestabilizador que las élites de Santa Cruz de la Sierra llevan adelante en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales Aima.
Según Correa, si la nueva Constitución Nacional es rechazada en esa localidad, habrá un verdadero peligro “pues tendríamos un permanente foco de desestabilización, como ocurre en la Media Luna boliviana".
Más allá de estas denuncias del gobierno, la campaña electoral -que sin dudas ha sido intensa- ha transcurrido con cierta normalidad. El próximo 28 de septiembre 9,7 millones de ecuatorianos concurrirán a las urnas para aprobar -o no- la nueva Carta Magna nacional. Un punto clave para la consolidación del proceso de reestructuración socioeconómica iniciado en Ecuador por Rafael Correa.
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