Uniendo las fronteras de Latinoamerica




5 feb 2010

Una mirada a la "crisis" venezolana

Diarios en Bicicleta

Mientras la oposición protestaba, Chavéz recordó un nuevo aniversario del fallido golpe de estado de 1992. Fuente: EFE

En el marco de la crisis sociopolítica que vive Venezuela desde hace varias semanas, partidarios y detractores del Presidente Hugo Chávez salieron a recorrer las calles de Caracas para así recordar el 18º aniversario del fallido golpe liderado por el hoy jefe de Estado venezolano, quien considera a esta fecha como el inicio de la Revolución Bolivariana.
“El 4 de febrero se cumplió con lo que tenía que cumplir. Dieciocho años después, nosotros estamos aquí, con la frente en alto. Cumplimos con una jornada necesaria, inevitable", aseguró Chávez, quien remarcó que esa “rebelión militar permitió truncar un golpe de estado que iba llevar adelante la derecha, pero no pudieron, como no podrán ahora y para siempre jamás”.
Los actos recordatorios del fallido golpe de Estado contra el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, también sirvieron para medir las fuerzas entre el gobierno y la oposición, la cual las últimas semanas ha venido llevando a cabo manifestaciones repudiando la escasez de energía eléctrica y el cierre del canal de televisión RCTV dispuesto por el Palacio de Miraflores.
En el acto recordatorio del 4 de febrero Chávez volvió a remarcar que no va a renunciar a pesar del contexto de crisis que vive su país. Asimismo, redoblando la apuesta, hizo hincapié en que el modelo de gobierno socialista “que resucitó en Venezuela con el pueblo y la espada”, continuará permaneciendo en el poder al menos hasta el año 2030.
“Los próximos 20 años serán de grandes batallas y de grandes victorias (...) No estoy muy seguro de que todos los que estamos aquí llegaremos con vida física al año 2030, pero eso no nos importa…Lo importante aquí es que la patria venezolana o es socialista o no es patria, o es bolivariana o no es patria”, exclamó el Jefe de Estado.
Para finalizar Chávez aprovechó el mitin para denunciar un plan que buscaría “dar un golpe de Estado o eliminarlo físicamente y llamar a elecciones”.
Esta acusación nace como respuesta al comentario –formulado ante el Senado estadounidense- realizado por el director nacional de inteligencia de Estados Unidos, Dennos Blari, quien definió al presidente venezolano como uno de los principales peligros de Washington en la región latinoamericana.
“Esa es una de las razones por la que no podemos abandonar las calles, hay un contraataque imperial y la oposición se siente protegida”, manifestó el caudillo bolivariano.
Mientras el oficialismo llevaba adelante el evento conmemorativo, opositores al gobierno se congregaron en la plaza céntrica Brión de Chacaíto para luego movilizarse hacia la Asamblea Nacional.
El grupo, que en su mayoría integrado por estudiantes, finalmente desistió de sus planes originales al chocar con una barrera policial de 3500 efectivos que le cortó el paso.
El alcalde del municipio caraqueño Libertador, Jorge Rodríguez, salió a defender el operativo llevado adelante y destacó que el accionar policial sólo buscó evitar que se crucen las rutas entre las manifestaciones. “Su intención no era marchar sino manchar esta jornada con violencia”, aseguró.

Retrato de un escenario complejo


Desde que llegó a la Presidencia allá por el año 1998, Hugo Chávez rápidamente ganó notoriedad gracias a su particular carisma que levanta odios y amores en la sociedad venezolana.
La Revolución Bolivariana que el dirigente encabeza sin dudas representó una bocanada de aire fresco que permitió cristalizar una mejor distribución de la riqueza en Venezuela.
No obstante esto, el Mandatario -a estas alturas- debería llevar adelante una profunda autocrítica para de esta manera poder relanzar un modelo de cambio que hoy pareciera “tambalear”.
En primera instancia Chávez debería dejar de aferrarse a su idea de permanecer en el sillón durante una decena de años más, un argumento que les ha servido como anillo al dedo a sus detractores para así tratar de legitimar acciones golpistas, para así demostrar no sólo a la sociedad venezolana, sino también a la comunidad internacional, que la Revolución Bolivariana es un proceso de cambio que excede a la figura del caudillo.
En este sentido, debería imitar el comportamiento del Presidente boliviano Evo Morales, quien a pesar de contar un abrumador respaldo popular, ya anunció que ni bien termine su segundo mandato dará lugar a los nuevos dirigentes que se comprometan a continuar llevando adelante la revolución cultural y democrática en Bolivia.
Pero más allá de este proceso revisionista que sin dudas los mandamases de la Revolución Bolivariana tarde o temprano deberán llevar a cabo, en la actualidad el pueblo venezolano debe estar unido para así defender los logros sociales alcanzados en estos últimos tiempos.
Porque más allá de las desviaciones que pueda llegar el modelo, fallas que sin dudas pueden ser subsanadas, es necesario proteger al gobierno venezolano para así evitar que se le de un golpe mortal al proceso de integración latinoamericano.
Esta claro que Chávez ha sido uno de los principales impulsores de este fenómeno, por eso desde hace años se encuentra bajo la mira de Washington.
En el 2002 la Casa Blanca intentó derrocarlo por intermedio de un golpe de estado, pero falló, no obstante esto hay que estar atentos ya que la conspiración-tanto interna, como externa- contra la administración chavista aún continúa adelante. Una clara muestra de ello es la instalación de siete bases militares estadounidenses en territorio colombiano.
En resumidas cuentas, como se ve, hoy en día se están jugando cosas importantes en Venezuela: no sólo para el futuro del gobierno de ese país, sino también para el porvenir del proceso de integración latinoamericano.