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16 may 2008

La crisis entre Colombia y Ecuador

“Ecuador estará preparado para que nunca más se repita una agresión a su soberanía”
El operativo militar del ejército colombiano en territorio ecuatoriano, llevado a cabo el pasado primero de marzo, no sólo terminó con la vida del miembro del Secretariado de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) Raúl Reyes, sino que también determinó una ruptura en las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador.
La crisis no ha podido subsanarse a pesar de la mediación de distintas organizaciones multilaterales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), que en vano intentaron acercar a las partes. La desconfianza entre el Presidente Rafael Correa y su par Álvaro Uribe, se incrementa cada día a medida que las acusaciones mutuas se suceden.
Por un lado el gobierno ecuatoriano denunció en todos los estratos internacionales posibles la violación a su soberanía territorial, llevada adelante por los militares colombianos. A pesar de que en la última Cumbre de Río Álvaro Uribe se comprometió a no realizar más operativos ilegales como el que terminó con la vida de Raúl Reyes, el Presidente Rafael Correa anticipó que "Ecuador estará preparado para que nunca más se repita una agresión a su soberanía, que la tome por sorpresa por confiar en la amistad de gobiernos de países hermanos".
"Dolorosamente, hemos aprendido que cuanto más cercanos y amistosos parecen ciertos personajes, es cuando más hay que temerles", afirmó irónicamente el Mandatario en el marco de la Cumbre Alimentaria que tuvo lugar en Nicaragua la semana pasada.
El gobierno de Correa no sólo condena la actitud intervencionista de la Casa de Nariño, sino que también argumenta que los militares colombianos realizaron ejecuciones sumarias a los guerrilleros sobrevivientes del bombardeo contra el campamento de las FARC.

Álvaro Uribe es el único aliado incondicional de George W. Bush en Latinoamérica (F: iarnoticias.com)

"Es algo inadmisible, algo que no podemos dejar de perseguir… Porque una cosa es que violen nuestra soberanía, pero otra que se cometan delitos o crímenes de lesa humanidad en nuestro territorio y encima contra un conciudadano ", afirmó el Ministro de Gobierno, Fernando Bustamante, en una conferencia de prensa realizada el pasado 6 de Mayo.
En esta declaración el funcionario se refiere al ecuatoriano Franklin Aisalla, quien estaba en el campamento insurgente al momento en que se realizó el ataque. Según Bogotá, su muerte se habría producido por obra de las esquirlas de las bombas lanzadas por la aviación militar; pero el gobierno de Rafael Correa no piensa lo mismo.
"No tenía ninguna huella de haber recibido ningún impacto de la explosión o de las explosiones, no había ni esquirlas, ni efecto de la onda expansiva, estaba ileso hasta que recibió el disparo (de gracia)… ", señaló Bustamante.
Sin embargo Aisalla no murió en ese instante, el Ministro ecuatoriano aclaró que su fallecimiento finalmente fue producto de “una serie de golpes que le reventaron el cráneo. El objeto contundente con el que se le rompió el cráneo es de forma cuadrangular y esto obviamente provocó un trauma cráneo-encefálico mortal".
El Ministro de Gobierno remarcó que su acusación proviene de los resultados obtenidos por el estudio necrológico realizado por los forenses franceses Berthand Ludes y Tania Delabaude junto con un grupo de médicos ecuatorianos, a los cadáveres de diecinueve guerrilleros muertos en el bombardeo.
Además de lo que ocurrió con Franklin Aisalla, el gobierno ecuatoriano denunció que de acuerdo a información que se desprende del análisis realizado, otros tres insurgentes fueron ajusticiados por la espalda.
“No se puede descartar que se haya tratado de ejecuciones de personas que estaban heridas o, incluso, ilesas”, afirmó al respecto el ministro Bustamante.

El asesinato de Raúl Reyes representa el golpe más significativo del gobierno de Álvaro Uribe al Secretariado de las FARC (F: cambio.co.)

Para intentar esclarecer esta situación, la canciller María Isabel Salvador le pidió a su par colombiano, Fernando Araujo, que le envíe toda la información disponible acerca de cómo se realizó el operativo que terminó con la vida de Raúl Reyes.
A su vez, le exigió que le entregue el resultado de la autopsia realizada en Bogotá al cuerpo de Franklin Aisalla, el cual fue llevado ilegalmente a territorio colombiano (junto el cadáver de Reyes) por los militares de Colombia.
La administración de Álvaro Uribe no atendió a este llamado, sólo se dedicó a negar la existencia de supuestos ajusticiamientos y a argumentar que Aisalla era una suerte de enlace entre el Gobierno de Ecuador y las FARC.
Como era de esperarse, la respuesta de Rafael Correa no tardó en llegar. Desde Madrid, donde se encontraba en el marco de una visita de Estado al Presidente español José Rodríguez Zapatero, aseguró enfáticamente que "bombardean y después de bombardear encuentran motivos para el bombardeo, que supuestamente es una supercomputadora rescatada… Primero cometen el ilícito y después buscan la justificación, ¿quién puede aceptar eso? No tenemos ningún temor y no nos interesa lo que diga la Interpol de la famosa computadora (de Reyes) o el Gobierno Uribe: Nuestro Gobierno es transparente, de manos limpias".
Utilizando como excusa la lucha contra la guerrilla, Uribe constantemente acusa a los países vecinos de apoyar la lucha insurgente. No sólo sostiene que existe una supuesta relación entre el Gobierno de Ecuador y las FARC sino que ha reiterando una imputación similar sobre el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
No obstante todas las acusaciones mediáticas, Uribe todavía no ha podido encontrar ninguna prueba tangible que los vincule a ambos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Esta actitud de su parte sólo persigue el objetivo de debilitar el proceso de integración sociopolítica existente en la región latinoamericana.
Al no encontrar un posible foco de solución a la crisis, el gobierno de Ecuador apuesta a crear un cuerpo de observadores, para poder controlar el tráfico de la frontera norte.
“Es un cuerpo de Observadores Militares Permanentes, un poco en el esquema de lo que tuvimos con Perú, pero esta vez sin la presencia de Estados Unidos. Porque en este caso Estados Unidos aparece como una parte demasiado interesada, un poco serían los mismos países que estuvieron en la MOMEP (Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú), más algún otro que sea particularmente de confianza para las partes”, afirmó el Ministro Fernando Bustamante.

Rafael Correa se muestra muy critico hacia la actitud belicista de Álvaro Uribe. (F:tribunalatina)

Por otra parte, el gobierno ecuatoriano ha retomado unilateralmente el diálogo con las FARC para intentar lograr la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien está en poder de la guerrilla desde hace más de seis años.
Así se lo hizo saber el propio Rafael Correa a la hermana de Betancourt, Astrid, en un encuentro que tuvo lugar ayer en París. El mandatario señaló que intentará contactarse con las FARC “sólo por motivos humanitarios” y aclaró que, de ser necesario, enviará a un delegado para negociar con los integrantes de la cúpula guerrillera.
Correa acusó a Uribe de “no querer” poner fin al conflicto armado que desde hace más de sesenta años vive Colombia, ya que según su opinión esto “le es muy rentable política y económicamente”, en una clara alusión a la ayuda militar estadounidense que cada año recibe el gobierno colombiano.
Por último, aseguró que en la próxima Cumbre de Jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea -que se inicia hoy en Lima-, tratará a Uribe: “con el respeto que merece como representante de un Estado soberano y hermano, pero, en lo personal, moriré indignado (..) con los que agredieron a mi patria. La confianza es como un cristal: una vez que se rompe, se puede volver a pegar, pero queda para siempre marcado”.
La respuesta desde la Casa de Nariño no se hizo esperar, en un comunicado leído por el Canciller Fernando Araujo, la administración uribista exigió que el Presidente de Ecuador explique por qué cree que la liberación de Ingrid Betancourt se frustró por culpa de la negligencia de las autoridades colombianas.
A su vez el canciller calificó al posible acercamiento entre Correa y las FARC como una: “violación a las normas internacionales que obligan a todos los Estados a luchar contra el terrorismo”.
Como se ve, nada parece indicar que pronto pueda llegar a subsanarse la crisis entre Ecuador y Colombia. Las heridas permanecen aún muy abiertas y las acusaciones mutuas se siguen sucediendo.
Para que esto no pase a mayores es necesario la mediación activa no sólo de los demás países de la región, sino también de organismos multilarales: tales como la OEA o el Mercosur.
Entre todos deben ayudar para evitar que ocurran nuevos altercados, para que la tensión no llegue a extremos peligrosos, como pasó en la última Cumbre de Río: cuando la pelea Uribe-Correa hizo temer a muchos de que ocurriera lo peor.
Aunque no se llegó a ese extremo, el peligro aún continúa latente…
Matías Mongan.




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