Diarios en Bicicleta
Los presidentes de Bolivia y Rusia, Evo Morales y Dimitri Medvedev, juntos en el país euroasiático. Fuente: EFE
Siguiendo el lema de que “Bolivia necesita socios y no patrones”, desde que llegó al poder en el año 2006 Evo Morales se ha caracterizado por llevar adelante una política exterior activa que busca distanciar a su país del influjo de Washington.
Asimismo la medida busca posicionar a la Nación del Altiplano como un posible destino de inversiones para aquellos capitales que estén interesados en explotar las vastas riquezas naturales que posee el país sudamericano: hidrocarburos, litio, etc.
En este sentido el jefe de estado boliviano llegó el domingo 15 de febrero a Moscú para reunirse con el Presidente ruso Dimitri Medvedev y así negociar “cara a cara” un plan de inversiones de 4.500 millones de dólares que la empresa estatal de petróleos rusa Gazprom tiene pensado realizar en la industria de hidrocarburos de Bolivia.
“Tengo la esperanza que este encuentro histórico entre nuestros pueblos sentará una base para desarrollar nuestras relaciones”, afirmó un emocionado Morales.
El dirigente indígena calificó a su visita como un “acontecimiento inédito y singular", ya que argumentó que nunca en su vida “había pensado que una potencia mundial como Rusia iba a recibir al presidente de Bolivia, a veces acusado de terrorista, de narcotraficante, discriminado".
En el encuentro llevado a cabo con las autoridades del Kremlin no sólo se acordó que la poderosa Gazprom- la cual según estimaciones tiene en su poder alrededor del 15 % de las reservas mundiales de gas natural- desembolse en un futuro mediato 3.000 millones de dólares destinados a modernizar a la industria gasífera boliviana, sino que también se sellaron vínculos relacionados al ámbito técnico-militar y de control del trafico ilegal de narcóticos.
"El desarrollo de las relaciones con América Latina no es una decisión coyuntural, no es el deseo de competir con alguien, sino una opción consciente que ha hecho nuestro país… estamos preparada para una amplia cooperación con los países latinoamericanos y, por supuesto, con nuestros amigos de Bolivia", afirmó enfáticamente el Presidente ruso, Dimitri Medvedev, luego del encuentro con Morales.
Medvedev no sólo calificó a Bolivia como un "socio con perspectivas” con el que actualmente se mantiene un “dialogo político intenso”, sino que además se comprometió a ayudar al país latinoamericano en la lucha contra los cultivos ilícitos de coca.
"El acuerdo de control de tráfico ilegal de drogas contempla la realización de operaciones conjuntas, el desarrollo de los contactos profesionales y la formación y perfeccionamiento de especialistas", señala el comunicado dado a difundir luego de la finalización de la reunión entre ambos mandatarios.
Todo parece indicar que Rusia quiere ocupar el lugar que hasta el año pasado cumplía la DEA en el territorio boliviano, la cual fue echada de Bolivia por el Presidente Evo Morales a raíz de denuncias que la vinculaban con actos de espionaje político.
Aprovechando el total desapego de Estados Unidos con la región, los indicios conducen a que Rusia pretende-mediante contratos de inversión en los sectores estratégicos de las economías de las distintas naciones- imponer una activa presencia en Latinoamérica.
Un dato que no hace más que confirmar esta política, implementada por Dimitri Medvedev, es que en los últimos dos meses cuatro mandatarios latinoamericanos han visitado oficialmente Moscú. Sumado a la reciente visita de Evo, anteriormente pisaron tierras moscovitas la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, de Cuba, Raúl Castro, y el Mandatario nicaragüense, Daniel Ortega. Asimismo para abril próximo también esta planeada la visita de la presidente chilena, Michele Bachelet.
Como se ve el gigante euroasiático esta fortaleciendo cada vez más sus lazos América Latina, desafiando de esta manera al histórico predominio que los intereses estadounidenses han tenido en la región.
Morales fue a Francia en busca de capitales para explotar el litio
Como la crisis del petróleo-un recurso no renovable- no parece tener fin, muchos capitales internacionales empezaron a centrar su atención sobre las tecnologías alternativas, como por ejemplo el denominado auto eléctrico.
Para que esta iniciativa pueda salir adelante las automotrices están en la búsqueda de lugares que posean importantes reservas de litio, un mineral que será utilizado para recargar las baterías de los autos del futuro inmediato.
El presidente boliviano fue recibido por su par francés, Nicolás Sarkosy. Fuente: EFE
Ni bien llegó el martes 18 de marzo a Paris, y luego de tener una reunión con agenda abierta con su par francés Nicolás Sarkosy, el Presidente Evo Morales se reunió con ejecutivos del grupo industrial Bolloré, los cuales están interesados en explotar masivamente las reservas de litio que posee la zona donde se encuentra el salar de Uyuni (según muchos analistas, Bolivia tiene en su suelo alrededor de la mitad de las reservas mundiales de litio).
Luego del encuentro el vocero presidencial Iván Canelas, quien acompañó a Morales durante la gira- señaló que la empresa en los próximos días hará “una propuesta al Gobierno boliviano sobre la investigación, producción, industrialización y hasta la fabricación de vehículos que funcionen a baterías de litio”.
Igualmente distintos representantes del Palacio Quemado ya anunciaron que la empresa que finalmente se quede con la concesión deberá establecer una asociación estratégica con la sociedad estatal boliviana COMIBOL, para así asegurarse que queden en Bolivia los beneficios producto de la transformación de la materia prima extraída.
El gobierno boliviano enfatizó en que se tomará el tiempo necesario para decidir que hacer con sus vastas reservas de litio. No sólo el grupo Bolloré se ha interesado en llevar a cabo la explotación del mineral boliviano, sino que también otras automotrices también han mostrado su interés: Mitsubishi, Chevrolet, BMW, Toyota.
Este marcado interés por parte de los capitales extranjeros, sumado al marcado incremento que viene registrando la tonelada de litio en el mercado internacional (mientras que en el 2003 la misma costaba 350 dólares, ahora su precio oscila los tres mil dólares), sin duda que dejan bien parado a Bolivia de cara al futuro.
Los cuantiosos ingresos producto de la explotación e industrialización de sus riquezas naturales, sin duda que le permitirán al Presidente Evo Morales profundizar aún más el proceso de cambio que vive la nación del Altiplano.
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