Uniendo las fronteras de Latinoamerica




12 mar 2010

Obama y la reforma migratoria: un fiasco más y van…

Diarios en Bicicleta

El próximo 21 de marzo los inmigrantes se volverán a movilizar para exigir la sancion de la reforma. Fuente: Efe

La llegada de Barack Obama sin dudas generó muchas expectativas. La comunidad internacional, cansada de los actos unilateralistas y militaristas llevados adelante por la administración de George W. Bush, vio en el dirigente demócrata una posibilidad de reencausar el orden internacional de acuerdo los parámetros establecidos por los organismos multilaterales.
Los gobernantes latinoamericanos en una primera instancia también cedieron ante el encanto del fenómeno Obama, es más gustosos aceptaron en Trinidad y Tobago (en el marco de la V Cumbre de las Américas) la propuesta del afroamericanos que hacía hincapié en la necesidad de construir de ahora en más una relación de amistad entre Latinoamérica y los Estados Unidos, un “lazo entre pares que -según Obama- se caracterizará por la confianza y el respeto mutuo”.
El tiempo pasó y como hoy sabemos estas promesas de buena voluntad finalmente quedaron en la nada. Es más aunque el componente discursivo cambio notablemente, Washington hoy en día continúa llevando adelante una política prepotente e intervencionista que busca poner piedras en el camino al proceso de integración latinoamericano.
Los presidentes de nuestra región lentamente fueron dejando traslucir sus críticas por el incumplimiento de las promesas que Obama realizó durante la campaña proselitista.
Sin dudas la reforma migratoria es una de las medidas que mayor reclamo suscita sobre todo en México y los países de Centroamérica, los cuales desde hace tiempo vienen resaltando la necesidad de sancionar una norma que permita mejorar la situación legal de los cerca de 12 millones de inmigrantes ilegales que hoy en día viven en territorio norteamericano.
Para tratar este tema, Barack Obama se reunió en la Casa Blanca con miembros de organizaciones que luchan por la defensa de los derechos de los inmigrantes ilegales. Aunque reafirmó su compromiso de avanzar en pos de una reforma migratoria, el Jefe de Estado dejó bien en claro que antes se necesita alcanzar un acuerdo bipartidista en el Congreso sobre este tema.
Aunque hasta el momento solo un senador republicano apoya el proyecto, Obama -en intercambios con el legislador demócrata Charles Schumer, de Nueva York, y con el opositor Lindsay Graham, de Carolina del Sur- exploró las posibilidades de crear "una coalición bipartidista que permita dar impulso a la propuesta”.
No obstante la buena voluntad demostrada, el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, expresó en rueda de prensa al término de los encuentros que el asunto no es la prioridad principal del gobierno en este momento, sino la creación de empleos y aprobar la reforma de salud estancada en el Congreso.

Los migrantes volverán a marchar para exigir la reforma

Ante la intransigencia demostrada por la administración demócrata y como ven que los inmigrantes ilegales continúan siendo perseguidos jurídicamente y criminalizados- es más durante el 2009 un total de 387.790 personas fueron deportadas a sus países de origen, un 50 % más en relación al año 2008-, los organismos defensores de los derechos de los migrantes ya anunciaron que el próximo 21 de marzo llevarán a cabo una gran marcha en todo el país para de esta manera reclamar por la inmediata sanción de una reforma migratoria integral. Asimismo los manifestantes aprovecharan ese día para recordarle que, aunque el voto latino fue determinante para así permitir la llegada de Obama a la Casa Blanca, aún no ha cumplido con la promesa realizada durante la campaña electoral.
La directora de la organización One America, Pramila Jayapal, resaltó que la reforma no sólo permitirá mejorar la situación de los cerca de 12 millones de inmigrantes ilegales que hoy en día viven en EEUU, sino que esta también a la postre terminará beneficiando al propio aparato productivo norteamericano.
En este sentido, un estudio reciente difundido por el Centro por el Progreso demostró que el país “crecería anualmente un 0,84 por ciento extra si el Congreso aprueba la iniciativa”, subrayó Jayapal.
A pesar de estos datos, es muy poco probable que la normativa pueda salir adelante antes de la primavera boreal norteamericana, tal como es la intención de los grupos pro-migrantes. Encima con el foco de la atención acaparada por el estancamiento de la reforma de salud en el Capitolio, realmente aparece como difícil que Obama decida arriesgarse a respaldar una iniciativa legislativa arriesgada.
Primero fue la cárcel de Guantánamo, después la instalación de las bases militares estadounidenses en Colombia y ahora la reforma migratoria, todos estos hechos permiten demostrar que las promesas de buena voluntad realizadas por Barack Obama en la pasada Cumbre de las Américas quedaron en la nada. Un fiasco más y van…

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