Uniendo las fronteras de Latinoamerica




24 mar 2010

EEUU busca “relanzar” la OEA

Diarios en Bicicleta
Por Matías Mongan

Insulza continuara al mando de la OEA durante cinco años más

José Miguel Insulza finalmente fue reelecto como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El chileno de 66 años de edad, que era el único candidato postulado para llevar adelante la tutela del organismo internacional durante los próximos cinco años, puntualizó que su esfuerzo se centrará en seguir “luchando por fortalecer la democracia representativa en la región, la cual nos hemos ganado luego de tanto esfuerzo".
"Vamos a fortalecer nuestra lucha por los derechos humanos, vamos a tratar de equilibrar mejor nuestra política democrática y nuestras políticas de desarrollo y vamos a luchar por fortalecer la condición de la mujer y la igualdad de género en Latinoamérica", aseguró Insulza.
El ex canciller trasandino obtuvo el respaldo de casi la totalidad de los países que forman parte de la OEA, la única nación que declaró previamente su "abstención" en la votación fue Bolivia, debido a que desde hace años mantiene rotas las relaciones diplomáticas con Chile, pero a la vez anticipó que no impondría ninguna "objeción" a que la elección fuera por unanimidad, cosa que finalmente terminó sucediendo.
Como balance de su primera gestión al frente del organismo multilateral, Insulza dejó entreabierta la posibilidad de reformar la Carta Democrática Interamericana: “para de esta manera poder trabajar en pos de la prevención de crisis y no a destiempo, tal como sucedió en el golpe de Honduras”.
Durante el 2009 la OEA fue fuertemente criticada por diversos países latinoamericanos, no sólo por lo sucedido en Honduras, sino que muchos fueron más allá y directamente cuestionaron la excesiva dependencia que el organismo históricamente ha tenido con Washington.
En este sentido, el analista Israel López crítica el hecho de que la “Organización de Estados Americanos lo único que hace hoy en día es defender los intereses del imperialismo estadounidense y de las grandes economías del continente”.
Esta percepción no es sólo enarbolada por los países que pregonan el discurso antinorteamericano en la región, entiéndase Venezuela, Bolivia, sino que también es respaldada por la potencias emergentes del continente- o sea México, Brasil, Argentina-, las cuales fueron claves para impulsar la creación en la pasada Cumbre de Río de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, un organismo diplomático multilateral que no incluirá a Estados Unidos ni Canadá.
Como era de esperarse, esta iniciativa autonomista por parte de los países del Cono Sur no cayó para nada bien en la Casa Blanca. Es más, desde hace semanas miembros del gabinete de Barack Obama se encuentran trabajando con el reelecto Secretario General de la OEA para así trabajar en pos de la “revitalización” del cuerpo hemisférico.
EEUU es conciente que necesita de este organismo para así “revestir de legalidad” sus acciones intervencionistas sobre America Latina. Es por ello que en los últimos días el senador demócrata John Kerry, jefe de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, presentó un proyecto de ley para "modernizar" a la OEA con el propósito de, según sus términos, "enfrentar los desafíos de la región".
Esta medida, acompañada con la promesa del Departamento de Estado de trabajar en pos de una ampliación de los alcances de la Carta Democrática Interamericana, busca que los países latinoamericanos no se salgan del sistema interamericano de defensa elaborado por Estados Unidos allá por el año 1948.
En los próximos meses la Casa Blanca seguramente tratará de presionar a las potencias emergentes para que desistan del modelo autonomista diseñado en la pasada cumbre de Río.
Bajo este panorama, la historiadora y especialista en estrategia y geopolítica, Elsa Bruzzone, resalta la necesidad de no sólo soportar el embate del “imperio”, sino también de profundizar las medidas de integración llevadas a cabo durante los últimos años. “El intento de coordinar las acciones de integración, a través de UNASUR y el Consejo Sudamericano de Defensa, es importantísimo. Pero estas instancias de integración deben ampliarse, llegar a abrazar a México, el Caribe y Centro América, con los objetivos comunes de resguardar nuestra integridad territorial y recursos”.
Para poder alcanzar nuestra plena autonomía, resalta Bruzzone, debemos deshacernos “de la Organización de Estados Americanos (OEA), del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), de la Junta Interamericana de Defensa, en fin de todas las herramientas que le han permitido a Estados Unidos llevar adelante una política intervencionista y militarista en America Latina”.

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