Diarios en Bicicleta
Mientras la oposición se pelea, Evo Morales continúa consolidando su favoritismo de cara a los proximos comicios presidenciales de diciembre.
A pocos días del cierre estipulado para la conformación de alianzas electorales, la oposición boliviana no logra conformar un frente opositor que haga frente al Presidente Evo Morales en las próximas elecciones presidenciales que se realizaran en el mes de diciembre.
Las discrepancias internas y la pugna por alcanzar la candidatura a la Presidencia se acentuaron en el frente de oposición e hicieron tambalear este proyecto político que busca hacer frente al oficial Movimiento al Socialismo (MAS).
En el día de ayer la oposición al gobierno de Evo oficializó la tercera candidatura presidencial: la de la politóloga Jimena Costa.
Este anunció fue fuertemente criticado por otro presidenciable: el ex Vicepresidente durante el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada, Víctor Hugo Cárdenas, quien hizo pública su malestar con Costas y con José Luis Paredes (ex prefecto de La Paz), ya que según él habrían “usurpado” las funciones como vocero del bloque que actualmente desempeña el Presidente del Senado, Oscar Ortiz.
“Expreso mi incomodidad con estas actitudes de sustituir el rol de Óscar Ortiz como único vocero. Eso es usurpar las funciones que se le han dado al presidente del Senado. Estos afanes de protagonismo no reflejan el curso de las negociaciones, ya que Jimena (Costa) y José Luis (Paredes) han propagado sus propios deseos a los medios”.
Por su parte Manfred Reyes Villa, otro que pretende alzarse como el presidenciable que liderará el frente opositor para así competir contra Morales en las próximas elecciones, salió a criticar duramente a Cárdenas quien en el transcurso de la semana salió a decir por todos los medios que goza el apoyo de los prefectos de la Medialuna: Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.
“Dice tener el apoyo del Conalde (“Consejo Nacional Democrático”), pero es un apoyo de cuatro personas. No hay que pensar que por tener el aval de un prefecto significaría tener reconocimiento de toda la región. Lo mejor es que la población elija el candidato mediante una encuesta”.
Cuando faltan pocos días para el cierre estipulado por la justicia electoral para la conformación de alianzas electorales, el panorama de la oposición boliviana aparece realmente complicado.
Una buena descripción de la difícil coyuntura que viven los partidos políticos tradicionales del Altiplano, la brinda el candidato por la Alianza Social, Rene Joaquino, quien ya anunció que no será parte de este frente porque ve a sus integrantes “como candidatos de la confrontación…La gente ve ese bloque como una bolsa de gatos, donde se están arañando y a la vez postulándose a la Presidencia”.
Los partidos de derecha, los cuales durante años manejaron las riendas del país, todavía no pueden recomponerse del sacudón que representó para su forma de hacer política el proceso de cambio social que se gestó en Bolivia durante Octubre del 2003: en la denominada Guerra del Gas. El cual a la postre fue determinante para permitir la llegada de Evo Morales al Palacio Quemado en enero del 2006.
Mientras los exponentes de la oposición se pelean, el Presidente Evo Morales continúa llevando adelante tranquilamente su campaña proselitista, la cual básicamente se focaliza en el resaltamiento de los logros alcanzados por su gestión (la nacionalización de hidrocarburos, el bono Juancito Pinto, Juana Azurduy, etc) y por explicitar las metas que se cumplirán de ahora en más en el marco del proceso que busca profundizar el cambio estructural en toda Bolivia.
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