¿Renacen las chances del intercambio humanitario en Colombia?
Luego de permanecer sublevado en armas durante más de cincuenta años, Manuel Marulanda, máximo líder de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), murió como consecuencia de un paro cardíaco el pasado 26 de Marzo.
A pesar de que no logró tomar el poder por las armas, su principal objetivo durante toda su vida, “Tirofijo” logró eludir con éxito el cerco tendido por el ejército colombiano hasta sus últimos días. Impidiendo de esta manera que el Presidente Álvaro Uribe consiga el trofeo de guerra más preciado, capturar con vida al fundador de las FARC.
Intentando desentrañar la compleja personalidad de Pedro Antonio Marín, el fallecido guerrillero Jacobo Arenas argumentó en una ocasión que “Marulanda es un maestro de la guerra de guerrillas y eso no lo ha aprendido en libros, eso es intuición, eso es aprendizaje arrancándole verdades a la vida”.
Ese conocimiento campesino le permitió durante décadas manejar con mano firme a las FARC. A pesar de que muchos consideraban que no poseía un bagaje intelectual acorde al cargo que desempeñaba, el mito creado alrededor de Tirofijo a la postre posibilitó que éste imponga su figura sobre otros miembros importantes del Secretariado, como por ejemplo el intelectual Jacobo Arenas.
El recientemente designado Comandante en Jefe de la guerrilla, Alfonso Cano, junto a los dos mentores de las FARC: Manuel Marulanda y Jacobo Arenas. (F: el Tiempo)
Según el ex Presidente Colombiano Ernesto Samper, Manuel Marulanda era el “punto de encuentro entre las dos partes presentes en las FARC, el armado y el político”, por lo que considera que su sucesor, Alfonso Cano, “debe fijarse en qué términos va a continuar las FARC, porque tiene que definir el futuro inmediato de las FARC".
A su vez, el ex Primer Mandatario expresó que la administración de Álvaro Uribe no debe tomar como un triunfalismo militarista el fallecimiento de Tirofijo, ya que según su perspectiva: "No hay ningún conflicto-armado que no haya terminado con una salida política, así las cosas el Gobierno no puede pretender que por la vía militar se vaya a exterminar a dicho grupo armado (...) Ahora el Gobierno tiene que comenzar a buscar alternativas políticas para lograr un punto de acuerdo político con las FARC".
Sin dudas el nombramiento de Alfonso Cano como nuevo comandante en jefe de las FARC es algo positivo para todos los que quieren el acuerdo humanitario en Colombia. Este antropólogo de casi sesenta años de edad forma parte de la línea considerada política de la organización armada, a diferencia de Jorge Briceño Suárez (alias “Mono Jojoy”), quien también tenía posibilidades de suceder a Marulanda y es el máximo exponente del ala militarista dura en la guerrilla.
Con la muerte de Marulanda, Alfonso Cano y Mono Jojoy consolidaron su poder en el seno de las FARC. (F: AP, acospaz.org)
Este punto de vista es el sostenido por la ex mediadora en el intercambio humanitario, la senadora del Partido Liberal Piedad Córdoba. Según la parlamentaria, la designación de Alfonso Cano da muchas esperanzas en: “ La paz, en el acuerdo humanitario y por la salida negociada al conflicto que vive Colombia".
Astrid Betancourt, hermana de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt quien está en poder de las FARC desde hace más de siete años, también se mostró confiada ante el nuevo escenario político que puede llegar a surgir luego de la muerte de Marulanda. Y expresó que el nombramiento de Cano les “devuelve las esperanzas”, ya que este guerrillero históricamente se ha mostrado más predispuesto a llevar adelante una actividad “política” antes que “guerrerista”.
También fueron alentadoras las palabras pronunciadas por el guerrillero Timoleón Jiménez (alias Timochenko), en el video que confirmó la muerte de Tirofijo.
Luego de argumentar que continuarán firmes defendiendo sus planteamientos revolucionarios, tal como “lo juramos ante la tumba de nuestro comandante”, el integrante del Secretariado resaltó que las FARC están predispuestas al diálogo para poder alcanzar el acuerdo humanitario en Colombia. No obstante, enfatizó una vez más en la necesidad de que Álvaro Uribe despeje los municipios de Florida y Pradera para poder materializar el intercambio de prisioneros.
Por su parte, en un comienzo el gobierno colombiano reaccionó eufóricamente ante la muerte de Manuel Marulanda. En una conferencia de prensa brindada en la Casa de Nariño, el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que “por primera vez el final de las FARC está a la vista”.
Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos parecen estar más interesados en las elecciones del 2010, que en concretar un acuerdo humanitario que ponga fin al conflicto armado colombiano. (F: elespectador.com)
Pero mientras que por un lado invitó a Alfonso Cano y al Mono Jojoy para que “aprovechen la generosidad del Gobierno, del presidente Uribe y entren por la puerta de la paz”; por el otro agregó tajantemente que “no se va a cambiar la estrategia militar”. “Nuestra estrategia está funcionando y dando excelentes resultados”, expresó.
Una posición similar adoptó el Ministro del Interior, Carlos Holguín, quien sostuvo que hoy en día a la cúpula guerrillera no le queda otra opción que dejar las armas voluntariamente: “Las FARC hacen la paz, o serán exterminadas”.
Estas simples amenazas no contribuyen en nada a encauzar un proceso de diálogo que permita acercar a las partes de un conflicto armado que hace más de cincuenta años existe en Colombia. Las declaraciones de Santos y Holguín realmente parecen perseguir fines electoralistas antes que pacifistas; tenemos que recordar que Álvaro Uribe pretende en el 2010 aspirar a un tercer mandato presidencial. Su discurso belicista ante la guerrilla le permitió obtener el respaldo de buena parte de la población de su país, pero sin dudas también contribuyó a que se incrementen los odios en el territorio colombiano.
Hay que ver si el gobierno de Álvaro Uribe aprovecha esta oportunidad para alcanzar la paz y no lo echa todo a perder como cuando despojó de su labor humanitaria a Hugo Chávez y Piedad Córdoba.
Hay que ver si el gobierno de Álvaro Uribe aprovecha esta oportunidad para alcanzar la paz y no lo echa todo a perder como cuando despojó de su labor humanitaria a Hugo Chávez y Piedad Córdoba: quienes en menos de un año lograron más liberaciones unilaterales que las alcanzadas por el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, en ocho años de gestión.
También sería un grave error de parte de Bogotá obnubilarse en su triunfalismo militarista, tomando las palabras de Ernesto Samper. De esta manera no sólo pondría en peligro la vida de cientos de secuestrados en las selvas colombianas -entre los que se incluye Ingrid Betancourt-, sino que probablemente no les resultará tan fácil (como algunos integrantes del ala dura del gobierno uribista creen) eliminar a la totalidad de las FARC.
Ya que esta organización armada, a pesar de las bajas recientes -Manuel Marulanda, Iván Ríos, Raúl Reyes-, aún continúa teniendo una importante presencia militar en varias regiones de Colombia.
Matías Mongan.
30 may 2008
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1 comentario:
hola, soy un ciudadano y a la vez campecino tengo una mentalidad critica ante las grabes problematicas sociales quisiera saber de que forma puedo ayudar a esta causa comun .
att
venur garzon
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